San Martín ya se acerca, siendo una fiesta sinónimo de comer castañas con vino para acompañar. En Portugal, la evidencia de que San Martín y el vino están directamente relacionados son dichos populares, como:

San Martín, fuego, castañas y vino.

En el día de San Martín, pruebe y trague su vino.

El día de San Martín se comen castañas y se bebe vino.

El día de San Martín, vaya a la bodega y pruebe el vino.

Para San Martín castañas asadas, pan y vino.

En San Martín, todo el mosto es buen vino.

Cosecha en octubre que San Martín te dirá.

¿Quién fue San Martín?

Se dice que San Martín nació en el siglo IV, en la ciudad vieja de Savaria, donde actualmente se encuentra Hungría. Hijo de un comandante romano y de una familia pagana, creció en la región italiana de Pavía, donde más tarde se convirtió en militar.

Tras dejar el ejército, fue bautizado y se convirtió en discípulo de san Hilario de Poitiers. Tras ser perseguido en Milán, se trasladaron a Francia, donde fundó el Monasterio de Marmoutier, el más antiguo de Europa. También fundó varias iglesias rurales, en las que sirvió tanto a los pobres como a los ricos. Murió el 8 de noviembre de 397 en Candes y fue enterrado el 11 de noviembre en Tours. Así, esta última fecha es el día de su celebración. Existe la creencia popular de que en la víspera y el día de las festividades, el clima mejora, siendo conocido como verano de São Martinho.

Día de S. Martin

Este día se celebra en toda Europa, aunque las celebraciones varían de una región a otra. En Portugal, la tradición dice que se debe hacer un gran magusto y beber pata de agua o jeropiga. Asimismo, se prueba el vino nuevo, aunque no esté terminado.

San Martín y el vino en Portugal

Según la tradición, al final del verano ya se habían acabado las existencias de vino. Así, se deseaba una nueva cosecha y antes de que el vino estuviera listo se transformaba en un producto consumible con cierta calidad.

En Portugal, tenemos algunos tipos de vinos ideales para esta celebración.

Água-pé: tradicionalmente portuguesa, con baja graduación alcohólica, se produce añadiendo agua al orujo de uva y al brandy. Se elabora de forma casera, para consumo en magusto y otras fiestas de otoño e invierno, no estando disponible en centros comerciales. Esta bebida también va bien con fiebres o cerdo.

Jeropiga: también tradicional en Portugal, se prepara añadiendo brandy al mosto para detener la fermentación. Entonces es una bebida más alcohólica que el vino. Esta bebida marida con carnes grasas, quesos grasos y frutos secos, incluidas, por supuesto, las castañas. Esto está a la venta en centros comerciales.

Imagen de Julia Volk por Pexels